Cuba - Bola de Nieve y Guanabacoa
-Vale, éste que solo tiene el cristal delantero rajado.
Acordamos el precio del recorrido y de su regreso y empezaron las vicisitudes. Casi sentados en el suelo (el asiento de atrás no tenía muelles) y cerrando la puerta con un pestillo manual y de fabricación artesana, cogimos la carretera, o la senda o el camino. Es difícil denominarlo. Sin apenas coches la duración estimada del trayecto no era mucha. Hasta que ocurrió lo que tenía que ocurrir: Humo en el motor. Miento: vapor de agua del refrigerador y parada obligatoria en medio de la nada.
-¿Que se hace en un caso así?
-Esperar.
Y así hicimos: esperamos hasta que se enfrió el cacharro y se le añadió agua. ¿Había dicho que hacía calor? Pues lo hacía.
Puestos en marcha de nuevo llegamos al cementerio de Guanabacoa con una duda:
-¿En cuál de los tres cementerios de Guanabacoa está Bola de Nieve?
Pues entramos en el primero (el de la imagen) que es el viejo. Allí había una señora hablando por teléfono con un tal Ramón nos dijo que ella no sabía nada, pero que miráramos en el cementerio nuevo (allí llaman "nuevo" a cualquier cosa). De regreso al coche, hacia el cementerio nuevo. Menos de dos minutos y estábamos en la entrada preguntando a unos señores si allí estaba la tumba de Bola. Respuesta afirmativa. Y allá que fuimos.
Mi idea era, debido al aniversario, que en el lugar habría flores, recordatorios, homenajes... Pregunté al señor que nos indicaba el camino y me dijo que la noche anterior hubo fiesta en la casa de sus familiares, y que vendrían luego. Un "luego" indeterminado.
Habían barrido los alrededores de la tumba como todo homenaje. Hablé con Bola, le felicité, me hice fotos junto a su lápida y ahora están colgadas en una web sobre Bola de Nieve, de la que desconozco la dirección. El homenaje se le rindió el 5 de octubre (fecha de su muerte), pero a mí me gustó más ir a visitarle el día de su nacimiento.
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